Transcripción del
programa radial conducido por el periodista Herman Schiller, “Leña al fuego”, el
27 de mayo.
Muy
agradecido con el compañero Schiller y todas las personas que nos acompañan hoy
para conversar sobre lo que está ocurriendo en Venezuela. Indudablemente que es
un tema apasionante, objeto de grandes debates a nivel mundial. A nadie escapa
que todo el proceso político y social venezolano despertó enormes expectativas,
no solo en la juventud, los trabajadores y los sectores populares en los
primeros años de gobierno del presidente Chávez, sino que también en la medida
en que fue derrotado un golpe de Estado en 2002, se lograron importantes
conquistas sociales en esos primeros años e incluso el gobierno se autocalificó
como socialista esto indudablemente profundizó las simpatías que grandes
sectores de la izquierda mundial tenían con lo que pasaba en Venezuela, con la
posibilidad de que efectivamente se pudiera avanzar hacia un “nuevo tipo de
socialismo”.
Sin
embargo, al escuchar las canciones que estaban sonando antes de que
comenzáramos este debate, resuenan cosas muy importantes, experiencias que
hemos vivido y que hemos sufrido en carne propia. Particularmente cuando suena
en esta canción de Alí Primera que dice “los que mueren por la vida no pueden
llamarse muertos”, no puedo evitar recordar que esa fue la canción que sonó en
el funeral de nuestros tres compañeros Richard Gallardo, Luis Hernández y
Carlos Requena, el 29 de noviembre de 2008. Tres dirigentes obreros del estado
Aragua, dirigentes aguerridos, combativos, revolucionarios, que fueron
asesinados por la burocracia sindical del chavismo. Esto dio al traste con una experiencia
muy importante que se estaba desarrollando, que era la de la Unión Nacional de
Trabajadores en el estado Aragua, primera federación que realizó una huelga
general estadal en apoyo a una fábrica tomada, la fábrica de piezas de baño
llamada Sanitarios Maracay. Estas contradicciones entre las grandes
expectativas de los trabajadores y los sectores populares y el hecho de que
empezaron a cristalizar fenómenos como el sicariato, formas de terrorismo de
Estado como el asesinato de dirigentes obreros, campesinos, populares, de esto
formó parte el asesinato del dirigente indígena y cacique yukpa Sabino Romero
en el año 2013, de dirigentes obreros de otras corrientes, de las propias bases
combativas del chavismo, como Argenis Vázquez, en el terreno del movimiento
campesinos más de doscientos dirigentes asesinados.
Al
cabo de pocos años quedó claro que las “venas abiertas de América Latina”, las
venas abiertas de Venezuela, no se habían cerrado. El saqueo del petróleo
continuó. Por la vía de las empresas mixtas petroleras, empresas como Chevron y
Repsol, ENI, Total, Statoil, con hasta un 40% de las acciones de las empresas
mixtas, realizaron un verdadero festín con el gas y el petróleo venezolano. Al
agotarse el ciclo de crecimiento de los precios petroleros estos programas
asistenciales que habían despertado grandes expectativas llamados “Misiones”
tocan techo y empieza a retroceder lo avanzado en el terreno social. Se empezó
a aplicar un ajuste de enormes dimensiones, puede decirse sin ninguna duda que
ha sido el peor ajuste aplicado en el mundo en los últimos cinco años. Un
ajuste por la vía inflacionaria, la inflación llegó al 180% en 2015, a más del
500% en 2016. Y para que se hagan una idea de lo que este ajuste significó para
la vida de los trabajadores, de los sectores populares, fue un recorte de
alrededor del 90% del valor real del salario mínimo, que cayó de unos 270
dólares mensuales a apenas 30 dólares mensuales. Es mano de obra semiesclava
que puede compararse con la explotación que sufren los compañeros trabajadores
en Haití o en Nicaragua, está entre los salarios más bajos de América Latina.
Además
de esto, en lo que se refiere al saqueo, se entregó concesiones para
megaminería a cielo abierto a empresas como la Barrick Gold, como la Gold
Reserve, que son bien conocidas acá y repudiadas con toda razón, se les entregó
el 12% del territorio nacional, más de cien mil kilómetros cuadrados para
explotar oro y otros minerales preciosos. Este proyecto se llama Arco Minero
del Orinoco.
A
partir del año 2003 se empieza a aplicar un control de cambio, el gobierno es
el que adjudica las divisas para realizar importaciones, y el diferencial
cambiario, la diferencia entre la tasa de cambio oficial y la tasa de cambio
paralela, fue creciendo, fue abriéndose una brecha cada vez más enorme. En los
hechos esto significó que cuando se le entregaba dólares preferenciales a
transnacionales como General Motors, como Mitsubishi, se les estaba
subsidiando, porque se les estaba dando dólares por muy pocos bolívares.
Imagínense que acá el gobierno le entregue a la General Motors dólares a un
peso, obviamente es una forma de subsidio, y eso es lo que ocurrió. En
Venezuela la fuga de capitales de esta última década es la más grande del mundo
en relación con el tamaño de la economía, se han perdido 300 mil millones de
dólares. Ya había problemas de escasez, ya había problemas económicos
importantes en el 2014 cuando todavía el petróleo estaba por encima de 100
dólares el barril. Al caer el precio petrolero por debajo de los cincuenta
dólares, la crisis económica y social se profundizó de manera abrumadora. El
gobierno optó por recortar las importaciones de alimentos, de medicinas, de
bienes de consumo básico que no se producen en el país, pues no se diversificó
en todos estos años la matriz productiva, y optó por pagar servicios de deuda
externa usando los menguados ingresos petroleros. Ha sido tan escandaloso que
incluso la prensa yanqui, el diario The Washington Post ha calificado al
gobierno de Maduro como “La revolución socialista favorita de Wall Street”,
refiriéndose a este esquema de pagar sistemáticamente, aún a costa de recortes
sociales importantes, la deuda externa. Lo cual demuestra el talante no
socialista, no antiimperialista, del gobierno más allá de su discurso. Otro
hecho ilustrativo ocurrió en la reciente toma de posesión de Donald Trump, el
presidente yanqui totalmente repudiado, odiado por los pueblos, de claro
carácter misógino, racista e imperialista. La petrolera estatal venezolana
Pdvsa a través de una filial en EEUU llamada Citgo donó 500 mil dólares para
ese acto de toma de posesión. Una verdadera bofetada para el pueblo venezolano
que está sufriendo los rigores de un terrible ajuste.
Paralelo
a este ajuste ha corrido un importante aumento de la represión, se realizan una
serie de operativos llamados Operación Liberación del Pueblo, operativos
policiales-militares de cerco y detención arbitraria en zonas populares contra
centenares de jóvenes, se aplican también ejecuciones extrajudiciales.
Argentina que es un país con una destacadísima militancia antirrepresiva,
ustedes saben la indignación que a los revolucionarios nos produce que
militares formados en la Escuela de las Américas, como el jefe de la Guardia
Nacional Bolivariana, como el ministro de la Defensa Vladimir Padrino López,
estén ejecutando este tipo de planes represivos brutales en contra de la
población. Y en el marco de las recientes protestas, también han usado el
recurso del paramilitarismo, es decir, grupos de choque civiles para enfrentar
huelgas, para enfrentar protestas de los trabajadores y para enfrentar también
marchas o expresiones de disidencia política.
Nosotros
repudiamos a la MUD, repudiamos cualquier injerencia de la OEA, somos los
venezolanos los que tenemos que resolver los problemas que tenemos, no
esperamos ninguna solidaridad de ningún gobierno de derecha en la región, que son
gobiernos también represivos y ajustadores. Obviamente no cabe esperar nada
positivo de ellos, lo que sí invocamos es la solidaridad del movimiento popular
argentino y latinoamericano, que así como grita con total contundencia y
justicia ¡Fuera Temer!, que acompañe también el clamor de los trabajadores y de
los jóvenes venezolanos que han padecido este ajuste y que no lo quieren seguir
soportando más, que han tenido la justa rabia y la justa dignidad de
levantarse, incluso a pesar de la oposición de derecha, la MUD, que critica las
protestas espontáneas y los saqueos, que no son más que una expresión de
desesperación ante el hambre. De tal forma que por una alternativa
independiente, tanto del gobierno como de la MUD, nosotros desde el PSL
planteamos que los trabajadores y los sectores populares deben tomar las
riendas de su propio destino y que solo un gobierno de los trabajadores puede llevar
a cabo el tipo de cambios como la nacionalización del petróleo, reforma
agraria, suspensión del pago de la deuda externa, que son indispensables para
que se pueda superar la agobiante crisis, la emergencia económica y social que
atraviesa Venezuela actualmente.
Hay
muchas cosas qué decir y muy poco tiempo. Yo quisiera poder explicarles dónde
queda la parroquia de El Valle, en el sur de Caracas, quiénes la habitan, que
no es zona de clase media ni de clase alta y donde se vivió un tremendo
estallido social con grandes saqueos, con grandes confrontaciones con los
militares Que supieran dónde queda Socopó, dónde quedan Barinas, Ejido y Santa
Cruz de Mora, todas estas zonas populares que fueron tradicionalmente bastión electoral
del chavismo, esos sectores populares que se esperanzaron con el presidente
Chávez, tenían expectativas de que se iba a saldar una importante deuda social,
que se iba a avanzar hacia la justicia social y que en definitiva la renta petrolera
se iba a utilizar para construir un nuevo modelo de sociedad y que son los que
hoy están saliendo en una masiva protesta espontánea en contra del gobierno. Otra
cosa son las marchas que haga la centroderecha y la derecha hacia la
Conferencia Episcopal a rezar y a pedir que el Papa los ayude, o una marcha que
haga la MUD para ir a la Defensoría del Pueblo a exigir que se procesen las
denuncias por violaciones a derechos humanos, esas son acciones políticas de
una dirección nefasta que ya gobernó Venezuela durante cuarenta años antes del
chavismo, que fueron también autores de importantes crímenes como la represión
a El Caracazo.
Recordemos
lo que fue El Caracazo, esa gran sublevación popular. ¿Cómo la trató el
gobierno en su momento? Además de reprimirla, además de suspender las garantías
constitucionales tal y como están suspendidas también hoy, bueno el gobierno decía
que eso era una conspiración de la extrema izquierda, de carácter golpista. El
mismo discurso, simplemente cambien “extrema izquierda” por “extrema derecha”,
para criminalizar a la gente que tiene hambre y en una violenta protesta sale y
toma los alimentos por la fuerza. Obviamente los revolucionarios no estimulamos
ni organizamos ese tipo de acción violenta espontánea que no conduce a nada y
que no va a resolver nada, pero tampoco criminalizamos ni justificamos que se
utilice el terrorismo de Estado en contra de esas expresiones genuinas y
totalmente justificadas de protesta y desesperación de la gente, ante una situación
que no es producto de ninguna conspiración mágica, no es algo teledirigido
misteriosamente. Sencillamente, cualquier economista lo sabe, si se recorta en
un 70% las importaciones de alimentos en un país que depende de las
importaciones para abastecer a su población, va a haber hambre y va a haber
escasez, y el gobierno tomó deliberadamente esa decisión. Dijo: vamos a pagar
hasta el último dólar de deuda externa aunque se tenga que morir gente de
hambre. Y está matando con bala y está matando con tanquetas que arrollan a
manifestantes, pero ha matado a mucha más gente hambreando al pueblo de ese
modo.
Claro
que tenemos que combatir al imperialismo, pero no podemos avalar con un
discurso de izquierda o de pseudoizquierda que se aplique un ajuste tan brutal
como el que se está aplicando actualmente en Venezuela, eso no es coherente con
la moral revolucionaria. Tenemos que luchar contra el imperialismo, pero eso
pasa por expulsar a Chevron, por decir No al Arco Minero, que se vaya Barrick
Gold, ese es el verdadero antiimperialismo. No un falso antiimperialismo, que
quienes se llenan la boca con él son militares formados en la Escuela de las
Américas. Tengamos en cuenta lo que eso significa, que unos tipos que están
aplicando técnicas de guerra de baja intensidad, guerra de propaganda, en el
marco de una doctrina de seguridad nacional, sean los portaestandartes del
socialismo, ¡es una farsa total!
Los
socialistas tenemos que disputar, en la situación actual, la conducción de un
proceso de luchas populares totalmente justificado. En Argentina o en cualquier
parte del mundo donde se reduzca el salario mínimo a 30 dólares la gente va a
salir a protestar violentamente, independientemente de quién sea gobierno y
quién sea oposición. ¿Y cuál debe ser el rol de los revolucionarios, apañar a
gobiernos que aplican esos ajustes o acompañar los justos reclamos de la
población?
Algunas
diferencias entre lo que ocurre actualmente y el 2002, cuando hubo un golpe que
nosotros vivimos y que nosotros combatimos en las calles, nadie nos va a decir
qué es un golpe: en ese momento el gremio patronal estaba haciendo paros,
incluso el que tomó el poder efímeramente fue el jefe de la patronal, Carmona
Estanga; actualmente los empresarios de Fedecámaras y de otros gremios
patronales están en el Consejo Nacional de Economía Productiva sentados con
Maduro negociando los aumentos de los precios de los productos. La mayoría de
los medios de comunicación participaron del golpe de 2002, actualmente ustedes
en Venezuela no van a ver ninguna transmisión en vivo de ninguna protesta
porque la mayoría de los medios están en manos del Estado o en manos de
sectores empresariales ligados al chavismo y con líneas editoriales a favor del
gobierno. Otro sector importantísimo, los militares, tiene presencia en la
mayoría de los ministerios, tienen posiciones de poder en gobernaciones,
alcaldías, diputaciones, entonces no hay un pronunciamiento de tipo golpista de
las fuerzas armadas, al contrario, lo que están avalando los militares es que
se elija una constituyente fraudulenta, donde si se obtuvieran los mismos
resultados electorales de 2015, donde el gobierno perdió por más de 15 puntos
porcentuales la votación, el gobierno obtendría ventaja, es decir la
desproporcionalidad entre municipios, un municipio con 50 mil personas elige la
misma cantidad de constituyentes que un municipio con un millón de personas,
está diseñada para que el gobierno teniendo una minoría electoral obtenga una
mayoría en esa constituyente.
La
verdadera integración de los pueblos no puede ser la integración neoliberal de Mercosur
impulsada en los años 90 por gobierno neoliberales. La verdadera integración de
los pueblos es la solidaridad, lo que el Che Guevara llamaba la ternura de los
pueblos, eso es lo que nosotros invocamos acá. Que se estudie de verdad lo que
está pasando en Venezuela, que no caigamos en las mentiras de CNN ni en las
mentiras de Russia Today o Telesur. Y que no nos pongamos en el lugar de los
boliburgueses ni de los militares represores, tampoco el de los empresarios o
los opositores de derecha, pongámonos en los zapatos y en la carne de los
trabajadores venezolanos que no encuentran cómo sobrevivir con 30 dólares
mensuales y que están diciendo que esta situación tiene que cambiar. Tiene que
haber un cambio que ponga al servicio de las mayorías populares los enormes
recursos humanos y materiales de los que dispone el país. Para eso tenemos que
echar a la Barrick Gold, tenemos que echar a Chevron, pero también que salir de
un gobierno con estas características, que ha demostrado que no le tiembla el
pulso para aplicar el peor terrorismo de Estado que se haya visto en treinta
años en nuestro país.
Comentarios
Publicar un comentario